HENRY PINO
Artistas, Artistas Populares en Paraguana, Falcón, VenezuelaHENRY PINO
Paraguana Mariana
Henry Pino nació en Paraguaná, estado Falcón en la década de los años 60. Su búsqueda por plasmar la fe y la celebración de los patronos de los pueblitos desperdigados a lo largo de la tierra seca, ha sido siempre el norte de su trabajo.
Sin formación académica ni rigurosidad de escuela, utiliza los acrílicos, las hojillas de oro y envejecedores, para plasmar una devoción arraigada por la Virgen María y presentada en sus distintas advocaciones.
En su hacer; las viejas puertas y ventanas de casas tradicionales destruidas por el tiempo y olvidadas en su lejanía de siglos, vuelven a la vida para reflejar la religiosidad que el hispano sembró en estas tierras áridas.
En sus creaciones muestra procesiones, fiestas religiosas y tradiciones en honor a los patronos. Eso que nos dejo España y que Hispanoamérica vitalizó. Las piezas de Henry Pino se localizan en Alemania, Italia, España, Argentina y Estados Unidos.
Donde con extrema sensibilidad, han sabido encontrar la trascendencia de este artista, teniendo como guía espiritual a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá
Calificación
Carretera Buen Vista Pueblo Nuevo, Casa Los Guayacanes. Paraguaná, estado Falcón Venezuela.
+584261171443
henrypino2408@hotmail.com
Henry Pino, Pintor de vírgenes
"Pintar es una forma de oración”
Los Guayacanes —casa de Henry Pino— es lugar de alquimia. No debe causar asombro que allí las infusiones que el pintor prepara con las hierbas de su jardín cambien de color ante los ojos del visitante. Tampoco debe extrañar que su hogar contraste con la sequía propia de Paraguaná. Los Guayacanes es pura espesura verde, y es que Henry es un apasionado de las plantas. A ellas se entrega con la misma devoción con la que pinta —día a día— a la Virgen María.
Su pequeño taller, dentro de casa, es un espacio pleno de pinturas y estampas religiosas.
-“Me despierto todos los días a las 5:30 de la mañana. Me gusta el amanecer para meditar. A esa hora le prendo mis velitas a la Virgen, y me tomo dos cafés. Hago silencio para ver cuál es el llamado del día, qué debo pintar. Entro al taller y escojo por pura intuición la pieza con la que voy a trabajar”.
Nació en Punto Fijo y allí vivió hasta 1997, año que para él fue de finales y de comienzos. “Murió mi abuela, quien me crió, y ella era la única que me ataba a Punto Fijo. Me vine a Pueblo Nuevo y decidí cambiar de oficio (fue enfermero durante muchos años). También ese año conocí a Ela (su pareja). Y fue aquí donde años después empecé a pintar, con la certeza de que uno cambia todo el tiempo”. El hace uso de acrílicos, hojillas (pan) de oro y otras herramientas para plasmar su religiosidad. En su hacer, antiguas puertas y ventanas de madera de cardón (cactus) y de cují —olvidadas en el tiempo— vuelven a la vida con imágenes de procesiones, fiestas religiosas, tradiciones populares y, su motivo principal, la Virgen María en sus diferentes advocaciones.
- “No voy a la iglesia todos los domingos ni hago tres rosarios al día, pero tengo mucha fe en María, como energía ella me llena. María encarna la paciencia, el deber cumplido, la valentía con lo que le tocó vivir. Siempre que comienzo a trabajar me entrego a una de sus advocaciones. No hago bosquejos. La Virgen se da sola, al igual que los colores”.
De las que ha pintado en todo este tiempo sólo conserva una de ellas, la imagen de la Virgen de Chiquinquirá.
- “No me aferro a ellas. Vienen y se van”.
De su abuela recuerda el ritual de verla, muy temprano en la casa de Punto Fijo, abriendo puertas y ventanas:
- “Ella, al hacer esto, decía: ‘Entra Dios a la casa, bienvenido sol…’. Yo, al igual que ella, creo que las cosas en la casa se cargan de energía. Me pasa que me llegan tablas para pintar que me inspiran tristeza, otras me dan alegría, y otras me inspiran respeto”.
Con Ela tiene dos hijos. “A Patricia (tiene siete años) le gusta dibujar, y reconoce a las vírgenes. Cristopher tiene cinco años, es muy despierto, a veces tiene sus crisis y pelea con la Virgen, luego se le acerca y le disculpas. Eso también me pasa a mí, y es que uno tiene sus momentos de duda… Pintar es una forma de oración”.